Una tertulia inesperada
|Apertura del programa «guetap» -02/Septiembre- con J.R.R. Tolkien. Conducido por Reynaldo Sietecase en Radio Vorterix.
Una tertulia inesperada
En un agujero en el suelo, vivÃa un hobbit. No un agujero húmedo, sucio, repugnante, con restos de gusanos y olor a fango, ni tampoco un agujero seco, desnudo y arenoso, sin nada en que sentarse o que comer: era un agujero-hobbit, y eso significa comodidad.
TenÃa una puerta redonda, perfecta como un ojo de buey, pintada de verde, con una manilla de bronce dorada y brillante, justo en el medio. La puerta se abrÃa a un vestÃbulo cilÃndrico, como un túnel: un túnel muy cómodo, sin humos, con paredes revestidas de madera y suelos enlosados y alfombrados, provisto de sillas barnizadas, y montones y montones de perchas para sombreros y abrigos; el hobbit era aficionado a las visitas. El túnel se extendÃa serpeando, y penetraba bastante, pero no directamente, en la ladera de la colina -La Colina, como la llamaba toda la gente de muchas millas alrededor-, y muchas puertecitas redondas se abrÃan en él, primero a un lado y luego al otro. Nada de subir escaleras para el hobbit: dormitorios, cuartos de baño, bodegas, despensas (muchas), armarios (habitaciones enteras dedicadas a ropa), cocinas. Comedores, se encontraban en la misma planta, y en verdad en el mismo pasillo. Las mejores habitaciones estaban todas a la izquierda de la puerta principal, pues eran las únicas que tenÃan ventanas, ventanas redondas, profundamente excavadas, que miraban al jardÃn y los prados de más allá, camino del rÃo.
Este hobbit era un hobbit acomodado, y se apellidaba Bolsón. Los Bolsón habÃan vivido en las cercanÃas de La Colina desde hacÃa muchÃsimo tiempo, y la gente los consideraba muy respetables, no sólo porque casi todos eran ricos, sino también porque nunca tenÃan ninguna aventura ni hacÃan algo inesperado: uno podÃa saber lo que dirÃa un Bolsón acerca de cualquier asunto sin necesidad de preguntárselo. Esta es la historia de cómo un Bolsón tuvo una aventura, y se encontró a sà mismo haciendo y diciendo cosas por completo inesperadas. PodrÃa haber perdido el respeto de los vecinos, pero ganó… Bueno, ya veréis si al final ganó algo.
La madre de nuestro hobbit particular… pero, ¿qué es un hobbit? Supongo que los hobbits necesitan hoy que se los describa de algún modo, ya que se volvieron bastante raros y tÃmidos con la Gente Grande, como nos llaman. Son (o fueron) gente menuda de la mitad de nuestra talla, y más pequeños que los enanos barbados. Los hobbits no tienen barba. Hay poca o ninguna magia en ellos, excepto esa común y cotidiana que los ayuda a desaparecer en silencio y rápidamente, cuando gente grande y estúpida como vosotros o yo se acerca sin mirar por dónde va, con un ruido de elefantes que puede oÃrse a una milla de distancia,yo dirÃa,se encuentra con ellos.