«El arquero» por Eduardo Galeano
|Apertura del programa «guetap» -10/Julio- con un poéma de Eduardo Galeano. Conducido por Reynaldo Sietecase en Radio Vorterix.
El arquero
También lo llaman portero, guardameta, golero, cancerbero o guardavallas, pero bien podrÃa ser llamado mártir, paganini, penitente o payaso de las bofetadas. Dicen que donde él pisa, nunca más crece el césped. Es un solo. Está condenado a mirar el partido de lejos.Sin moverse de la meta aguarda a solas, entre los tres palos, su fusilamiento. Antes vestÃa de negro, como el árbitro. Ahora el árbitro ya no está disfrazado de cuervo y el arquero consuela su soledad con fantasÃas de colores.
Él no hace goles. Está allà para impedir que se hagan. El gol, fiesta del fútbol: el goleador hace alegrÃas y el guardameta, el aguafiestas, las deshace.
Lleva a la espalda el número uno. ¿Primero en cobrar? Primero en pagar. El portero siempre tiene la culpa. Y si no la tiene, paga lo mismo. Cuando un jugador cualquiera comete un penal, el castigado es él: allà lo dejan, abandonado ante su verdugo, en la inmensidad de la valla vacÃa. Y cuando el equipo tiene una mala tarde,
es él quien paga el pato, bajo una lluvia de pelotazos, expiando los pecados ajenos.
Los demás jugadores pueden equivocarse feo una vez o muchas veces, pero se redimen mediante una finta espectacular, un pase magistral, un disparo certero: él no. La multitud no perdona al arquero. ¿Salió en falso? ¿Hizo el sapo? ¿Se le resbaló la pelota? ¿Fueron de seda los dedos de acero? Con una sola pifia, el guardameta arruina un partido o pierde un campeonato, y entonces el público olvida súbitamente todas sus hazañas y lo condena a la desgracia eterna. Hasta el fin de sus dÃas lo
perseguirá la maldición.